La Picota de Berlanga de Duero es un bello rollo gótico que ha sido trasladado desde las eras hasta la carretera con el fin de estar en un lugar más visible. Data del S. XV y simboliza la autonomía jurisdiccional que el pueblo poseía.
Se trata de un pilar de piedra caliza, de notable labor, de sección cuadrangular y evidente contextura gótica. La airosa silueta de este signo de jurisdicción se alza sobre cinco gradas circulares. Hacia su mitad, destacan, a manera de gárgolas, cuatro cabezas de leones, bastante deterioradas por el paso de los años. Sobre ellas, se encarama un diminuto y sencillo templete de sección piramidal, a modo de pináculo, tal como solía ser habitual en las construcciones góticas religiosas de finales del s. XV e inicios del s. XVI. Rematando la picota aparece un oso tenante.